Con su anuncio la semana pasada del fin de todas las medidas de salud pública para combatir el COVID-19, el gobierno de Conservador Unido (UCP) de Alberta ha declarado efectivamente el fin de la pandemia. Esta acertada decisión, libera la población de Alberta de la dictadura sanitaria a la que ha estado sometida, al igual que el resto del mundo occidental, mientras los ataques viscerales de la izquierda y liberales que resuenan con la guía de intereses globalistas, no ahorran esfuerzos para tildar esta de una decición criminal, anunciando el apocalipsis por la tan anunciada variante Delta, que según estos personajes, es más contagiosa y letal.
A partir del 16 de agosto, todos los requisitos de enmascaramiento y rastreo de contactos serán abolidos en lo que la directora médica de salud de Alberta, la Dra. Deena Hinshaw, ha denominado la “próxima fase”, donde el público tendrá que “vivir con COVID-19”. Las pruebas de COVID-19 estarán disponibles solo para personas sintomáticas gravemente enfermas, a fin de “ayudar a orientar las decisiones de atención del paciente”.
Una de las medidas mas razonables y que ha despertado más críticas en los que defienden intereses globalistas, es que a partir del 16 de agosto, el gobierno no exigirá que las personas que han contraído COVID-19 se aíslen por sí mismas y le adjudican a esta medida la etiqueta que ahora las personas estarán “libres” para transmitir el virus a su familia, amigos, compañeros de trabajo y al público en general, anunciando nuevamente su nube negra de muerte y desolación como nunca antes.
Estas personas llaman a Alberta como la “Florida del Norte”, una referencia a la políticas del gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, y su exitoso plan que ha permitido libertad y prosperidad para ese estado del sur de los estados unidos.
Algunos antecedentes
A lo largo de la pandemia, que oficialmente se ha cobrado 26.600 vidas en todo Canadá, el primer ministro de Alberta, Jason Kenney, ha encabezado la estrategia de la élite gobernante de “ganancias antes que vidas”. Hasta junio de 2020, describía COVID-19 como nada peor que la gripe; y continuaría empleando la retórica antisocial de la extrema derecha para resistirse a implementar medidas elementales de salud pública hasta que Alberta se encontrara en medio de la devastadora segunda y tercera oleadas de la pandemia.
Con esta medida, podemos ver con mucha claridad cómo el tema de este coronavirus ha sido politizado con intereses que hoy son tan evidentes que ratifica aquello que lo que la media masiva considera conspiranoide no dista de más de ocho meses de la realidad evidente. El gobernador Kenney, a diferencia del Ford en Ontario, ha promovido la buena salud física y mental, estimulando la asistencia a eventos y manifestaciones en contra de los confinamientos.
La estrategia de utilizar el cientificismo (que no la ciencia) como estrategia de parecer unanime barbaridades criminales como el uso de mascarillas, los confinamientos, la distancia física y social entre personas, va teniendo piso sólido que motiva a esta imparable y creciente parte de la humanidad a despertar de este brutal engaño. Los globalistas usan estadísticas amañada, con enfoques en números alarmantes que en contexto general son realmente despreciables, como por ejemplo contar el número de muertos, todos los días, acumularlos como si fueran diarios y cuando estos no fueron suficientes, empezaron a contar los “casos”, que nunca es lo mismo que enfermos o graves o muchísimo menos fallecidos.
Por fortuna, solo el 36 por ciento de la población de Alberta ha recibido las dosis de dos vacunas necesarias para estar completamente inoculado, Kenney aprovechó el logro del 70 por ciento libre de este exerimento genótico para descartar prácticamente todas las medidas anti-COVID restantes.
Ultimas notas
Ejemplo del acertado manejo de esta crisis global y las recomendaciones del gobierno federal impulsadas por las grandes empresas, Kenney proclamó a Alberta “Abierta para el verano” en las celebraciones del Día de Canadá del 1 de julio en la provincia. A partir de esa fecha, las máscaras ya no se requerían en ningún lugar excepto en autobuses y taxis, y se eliminaron todas las restricciones de distanciamiento social y reunión. Se permitió la apertura de todos los negocios, gimnasios y lugares de culto sin restricciones, mientras la media tradicional anuncia que los datos de “casos” se han triplicado, continuando con su narrativa de terror con el fin de imponer esa “nueva normalidad” que tanto luchan por establecer.
La reacción de la comunidad médica dependiente de la industria farmaceutica en Canadá y Estados Unidos ha sido rápida y dura. Muchos han descrito las acciones del gobierno de la UCP como “irresponsables”, “peligrosas” o francamente “criminales”, mientras la población celebra esta decisión y continúan sus vidas en completa normalidad, saludables, socialmente activos, intelectualmente libres y especialmente optimistas.
Nuestros ojos deben estar puestos en lugares como Alberta en Canadá o Florida o Texas que han vivido el resultado de estas deciciones tan en contra de estos lobbies financiados por la corrupta y todo poderosa industria farmacéutica y poder comprobar que las críticas a este tipo de decisiones no son más que la muy bien aceitada e infinitamente financiada narrativa en defensa de los creadores y beneficiarios de este virus denominado Covid-19.
Encabezados por grupos de izquierda, agremiaciones de cientificos que se niegan a debatir con sus pares que opinan diferentes, grupos y organizaciones que dicen representar a comunidades y que reciben ingestas cantidades de dinero para financiarse y por supuesto con el concurso de medios masivos y las redes sociales egemónicas, han suprimido libertades que son inalienables, han inoculado el virus del miedo y estimulado la destrucción de la sociedad como la hemos conocido hasta ahora, en una catarsis de información llena de inexactitudes, de barbaridades jurídicas y cientificas con el objetivo de tener una población enferma, dividida, aislada, pesimista, asustada y confundida, mientras ellos aceleran todo para cumplir su gran deseo de “no tendrás nada pero serás feliz”.
Conclusión
Usted, mi estimado lector puede no estar de acuerdo con mi enfoque, pero si su actitud es de bloquear este contenido con la etiqueta de “irresponsable” o “ignorante” o “fanático”, recuerde: los adjetivos que usted use lo definen más a usted que a quien escribe estas líneas.
Celebramos esta noticia que muy probablemente no vaya a ver en ningún medio tradicional, al menos de la forma como lo abordamos aquí.
Para quienes manejan el idioma inglés, les compartimos este vídeo que relata información relacionada con el tema y la forma como desde la sociedad civil se gesta esta gran liberación de la raza humana de quienes nos han mantenido de esta forma por siglos.
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